Un santuario gatuno en Roma. Largo di Torre Argentina

Siguiendo la temática de gatunos viajeros en agosto, vamos a viajar a la capital italiana, Roma. En donde se encuentra el santuario de gatos más interesante que he visto, el cual conjuga vestigios del antiguo Imperio Romano con adorables ronroneos y maullidos. 

Vamos a visitar el Largo di Torre Argentina en Roma.

 

Era un otoño bastante caluroso en la capital italiana por allá en el año 2012, una Carlita de cabello oscuro iba sacando fotos por una plaza cuando ve un gato acostado feliz en la base de una reja que daba para una zona arqueológica 

Su amor gatuno la hizo acercarse y acariciar al minino, quién feliz de la vida se restregó por sus piernas. Cuando se aburrió de tanto cariño, se levantó y se metió al lugar este. Cual fue su sorpresa al seguirlo que no era el único gato que habitaba el lugar, si no que era uno de muchos. Cada ruina estaba habitada con uno o más mininos durmiendo felices al sol. 

Aquel había sido mi primer encuentro con los felinos de refugio del área arqueológica Largo di Torre Argentina, y para mi agrado, no sería el último. 

 

 

En mi último viaje fuimos con mamá y Camila a recorrerlo. Les había contado tanto de esta maravilla que tenían mil ganas de verlo. 

Es simpático cuando llegas, porque miras y buscas y examinas cada rincón, pero no vez nada. Es cuando no estás buscando que de repente esa roca se empieza a mover y notas que no era una roca o una sombra, era un gato durmiendo. Así de la nada cada forma que pasaste por alto, se transforma en felinos de todos los tamaños, colores y formas. Todo cobra vida. 

Esa vez bajamos al sector de la guardería de las ruinas, en donde está la sala de cuidado de los mininos enfermos o muy viejos y una tiendita que vende todo tipo de cosas para gatos o con detalles felinos (cada euro va en beneficio del santuario). 

Allí, los voluntarios se encargan de cuidar, alimentar y mantener lo mejor posible a todos los habitantes de las ruinas. Y estos mininos se dejan querer por ellos y por todo aquel que los visita. 

Cabe estar mencionar que sí puedes acariciar a los gatos. De hecho, mejor que lo hagas, así te encariñas y adoptas a uno (puedes adoptar en formato a distancia). Nosotras compramos muchos regalos para nuestros mininos y dejamos donaciones para que sigan cuidando a los gordos…había una que era la versión de mi Phoebe pero italiana, ¡con el mismo genio! 

 

 

Un poco de historia

El Largo di Torre Argentina es una plaza que se encuentra al frente del Teatro Argentina. En esa plaza se ubica la Torre Argentina en honor a Johannes Burckardt de Estraburgo (la denominación original de Estraburgo es Argentoratum) y la Torre del Papitto atribuida al antipapa Anacleto II Pierleoni. 

En 1909 se decidió reconstruir Roma debido a la Unificación de Italia, por lo que decidieron demoler la plaza y durante las obras, en 1927, se encontraron con los restos de una colosal estatua de mármol. Estudios descubrieron que aquella era un Área Sacra, que se remontaba a la época Republicana del Imperio Romano, la cual constaba de cuatro templos y el Teatro Pompeyo. 

Lo simpático de esto, que es en el Teatro Pompeyo, en la Curia de Pompeyo, donde fue asesinado Julio César. De hecho, se desangró a los pies de la estatua. 

Imaginen toda esa historia durmiendo bajo tierra. 

 

Ahora el por qué aquella zona se transformó en un santuario gatuno, es algo más curioso todavía. Roma cuenta con una gran población de gatos callejeros, la cual comenzó a aparecer por el año 1929. Fue en ese año que estos pequeñines llegaron al lugar y, quizás porque no había mucho movimiento en el área, decidieron tomarla como refugio. Esto además se reforzó con la ayuda de las Gattare, mujeres (también hay hombres, pero son menos) que se dedican a cuidar y alimentar gatos, quienes estuvieron alimentándolos entre 1929 y 1993. 

Además, en la década del 50′, la actriz Anna Magnani, cuando trabajaba en el Teatro Argentina, usaba sus breaks para alimentar a los mininos. 

Ya para el año 1993, llegaron Silvia y Lia quienes comenzaron a cuidar de los mininos de forma más permanente. Lamentablemente para esa época, la población de gatos iba en aumento debido a la irresponsabilidad de la gente que los iba a tirar al lugar o nunca los cuidaron como debían y ellos escapaban. 

Fue en el año 1995 cuando Molga Salvalaggio llegó para ayudarlas explicándoles sobre la AISPA (la Asociación Anglo-Italiana para la Protección de los Animales) y fue con ellos que comenzaron a tener más recursos para fundar el santuario. Esto más la ayuda de las colectas que se realizaban con los turistas (que llegaban a ver a los mininos), sirvió para ir juntando más fondos y luego con la  realización de la primera gala en 1998, el refugio comenzó a crecer. Turistas y animalistas de muchos lugares comenzaron a llegar año tras año, lo cual ha promovido el lugar y ha ayudado a seguir juntando fondos para alimentar, cuidar y esterilizar a los gatos callejeros que viven en el Largo Argentina. 

Y si bien los atentados en Europa y las crisis económicas que ha vivido el país afectan los fondos de este lugar, el trabajo se sigue haciendo con mayor esfuerzo que nunca para que estos animalitos puedan tener un hogar tranquilo y en paz. 

 

¿Se fijaron en los gordos bajo el árbol?

 

Me llama la atención como un punto tan clave en la historia del Imperio Romano, una historia de traición, muerte y sangre, tenga un despertar desde el amor y la vida por los amigos felinos. 

Sin lugar a dudas, el Santuario del Largo di Torre Argentina es un punto en la capital de Italia que merece la atención de amantes de los gatos y de quienes no lo son tanto. 

 

¿Cómo llego?

Caminando la verdad, está cerca del Campo De’ Fiori, como a 6min caminando. Además, allí es donde se toma el tranvía que te lleva al Trastevere. 

Si no quieres caminar, puedes llegar en autobús, las líneas 40, 46, 62, 64, 70, 81, 87, 186, 492 y 810 pasan por ahí.  

¿Cobran?

Nones. De hecho, hacen un tour por las ruinas para verlas y ver a las estrellas del lugar.
Si bien es gratuito el tour, se pide alguna donación para mantener el refugio. 

 

Más info

 

Si quieres ver el resto de las fotos o verlas en mayor tamaño, puedes visitar la galería de Flickr.

Comments

  1. Ivonne Responder

    Jajajajaja si, es cierto, cuando miras por primera vez, no se ve mas que ruinas y vegetación, pero a una segunda y tercera mirada ya comienzan a aparecer los mininos, de todas las razas, colores y tamaños, es un lugar magico con todos esos lindos mininos recorriendo las ruinas y los voluntarios merecen una gran monumento allí mismo por su tremenda labor cuidando a esos pillines que son bien peleadores, por lo tanto siempre requieren de las manos de los veterinarios y ademas son muy buenos para comer.

    • Carlita MF Responder

      Siii!!! Son muchos gatitos y como que se mimetizan ahí
      Los voluntarios efectivamente se merecen un monumento, hacen un gran trabajo. Hay que promocionarlos para que más y más viajeros los ayuden :D

Deja un comentario

Tu correo electrónico no será publicado.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.