Tolkien y yo: Tras la música de los Ainur Parte I

(Este post contará de dos partes ya que la versión original salió demasiado larga XD) 

Hacía muchísimo tiempo que quería escribir esta entrada pero como no era exactamente sobre “viajes”, no sabía cómo escribirla para que se adaptara al contenido anterior del blog. Sin embargo ahora puedo dedicarle mis palabras al gran profesor y cómo sus letras han marcado mis caminos.

Mi historia con Tolkien empezó con uno de mis amigos del colegio que amaba el trabajo del autor. Recuerdo que una tarde buscando algo para un trabajo que teníamos, me preguntó si acaso había leído El Señor de los Anillos o El Hobbit.
Su pregunta inocente venía por el deseo de compartir las aventuras por Tierra Media que él ya había vivido y deseaba repetir. Triste fue mi respuesta al indicarle mi negativa.

Tenía 16 años y creía que había leído mucho, pero esa pregunta fue comprobar que Jess Mariano tenía razón:

“—I thought you didn’t read much

—Well….what is much?”

 

Después de aquello, Tolkien quedó dando vueltas en mi cabeza pero no le di mayor importancia tenia otras historias en mente…

Hasta que ese 2002 apareció en los cines El Señor de los Anillos: La Comunidad del Anillo y literalmente morí. Con esa película J. R. R. Tolkien había regresado a mi vida con tanta fuerza que me botó del asiento, fue tal el poder que tuvo en mi cerebro que lo usó para hacerse una habitación junto a Edgar Allan Poe y Antoine de Saint Exupery (los llamo “The 3 Roomies” viven justo en la calle junto a Marcela Paz, Úrsula Le Guin y Jane Austen).

Recuerdo que ese año me compré los 3 libros del Señor de los Anillos en un pack que vendían en Ripley (pack que se perdió con los cambios de casa y ciudad). También recuerdo que me los leí no de una carrera, pero si en una maratón con varias pausas.

Tolkien tiene una forma de escribir muy descriptiva, cada detalle es importante para que puedas ver el mundo que creo tal cómo se lo imaginó en su genial cabeza. Se entiende el por qué lo hizo, dedicó tanto tiempo en desarrollarlo que no quería arriesgarse a errores. El problema viene que si deseas avanzar en la historia, cada hoja de cada árbol que se mueve mientras caminas a Bree puede que no sea tan importante.

En especial las canciones.

Pero hay que darse el tiempo de leer todo, puedes saltarte partes pero si quieres entender el total de la obra y enamorarte como mucho lo hicimos, de Tierra Media, entonces no puedes evitar las descripciones. Todas ellas valdrán la pena cuando termines de leer y eso es el tesoro más grande porque te verás con ganas de saber más y pasarás horas imaginando cómo recorres Imladris, cómo te adentras en las ruinas de Moria y cómo te emocionas en las batallas de Rohan y Gondor.

El Señor de los Anillos es una obra que te hará sentir muchísimo y te mostrará el mundo que los Hombres viven, el mismo que los Elfos están dejando atrás. Es la historia de la más grande aventura épica de todos los tiempos.

Después de Frodo y compañía, después que mi amor por Pippin me hizo devorarme los 3 libros decidí que era momento de seguir leyendo. Necesitaba más, más aventuras, más historias, más Tierra Media.

Fue así como llegué al Hobbit y al Silmarillion…

 

Sigue en una próxima entrada.

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